Por Raquel Bonnin (Secretaria )
En la batalla de Caseros, ocurrida el 3 de febrero de 1852, se enfrentaron las fuerzas de Ejército Grande liderado por el General Justo José de Urquiza que logró derrotar a las tropas de Juan Manuel de Rosas (gobernador de Buenos Aires y responsable del manejo de las relaciones exteriores de la Confederación) quien debió renunciar y exiliarse en Inglaterra hasta el final de sus días. En ese mismo año los gobernadores celebraron el Acuerdo de San Nicolás para disponer la convocatoria al Congreso Constituyente y la sanción definitiva de nuestra Ley Fundamental.
Encontramos algunos relatos sobre la recepción que tuvo la noticia en Concepción del Uruguay y también de celebraciones posteriores.
Concepción del Uruguay por aquel entonces contaba con apenas 3.500 habitantes aproximadamente. Casas bajas y economía estancada. Sólo se destacaban la plaza central con una pirámide bastante deteriorada. El edificio del Colegio que ocupaba la manzana completa con su Mirador que permitía divisar el panorama a lo lejos, hasta el majestuoso río.
Ni bien terminó la contienda, Urquiza le escribió al Comandante interino de la ciudad; Fidel Sagastume para informarlo del resultado y destacar el valor de los soldados. “..Las campanas fueron echadas a vuelo. Bandas de música recorrieron la ciudad. Hombres y mujeres se volcaron a las calles dando vivas al hijo dilecto”
Los alumnos del Colegio –era internado- encabezaron una alborozada manifestación, bajo la entusiasta guía de Marcos Sastre. Bailes y carreras de sortijas complementaron los regocijos populares. El 10 de febrero se ofreció un Tedeum en acción de gracias por el triunfo: los vecinos le remitieron a Urquiza una nota expresando sus felicitaciones y su gratitud.
Otra de las fiestas conmemorativas del acontecimiento que nos ocupa; fue la realizada el 3 de febrero de 1870; en ocasión de la visita al Palacio San José de Domingo Faustino Sarmiento.
Urquiza (a la fecha nuevamente gobernador de su provincia) esperó al entonces Presidente de la República y su comitiva en Concepción del Uruguay y luego se dirigieron al Palacio. Los visitantes fueron agasajados en todo momento.
En Santa Cándida habían preparado lechones, perdices, matambres. El saladero proveía de calderos y fuentes para lavar los platos, velas, jarrones. Se habían contemplado otros detalles, como masitas, bizcochuelos, cajones de vino y licores, jabones finos y agua de colonia. El patio principal estaba alfombrado y toldado con un lienzo del que pendían guirnaldas, banderas y faroles de variado colorido, mientras que en el centro sobre una base circular de madera, se exhibían cañones, balas, granadas, cornetas, fusiles con bayonetas y otras armas usadas en Caseros. Alrededor del patio en forma de herradura estaba tendida la mesa para más de doscientas personas.
Paseos por los jardines, música en el Salón de los Espejos a cargo de las hijas mayores del anfitrión. Cena, brindis amenizado por la banda del batallón entrerriano y baile hasta el amanecer. Las crónicas de la época dan cuenta de la sorpresa de los porteños de encontrar, en el medio del campo, tanto refinamiento y buen gusto. Apenas dos meses después sobrevendría la tragedia y el fin de una época. Cada 3 de febrero conmemoramos ese enfrentamiento militar y lo que simbólicamente representa.
El nombre de una calle, de un pueblo cercano o un teatro nos lo recuerdan en la vida cotidiana. Es el pasado como parte de nosotros, que nos identifica y define como comunidad. Analizarlo y repensarlo en una tarea casi ineludible.
La Batalla de Caseros es uno de los momentos clave en la fundación de la Argentina moderna. Por un lado representa la conclusión de un debate por el control del puerto de Buenos Aires, su aduana o el acceso a los ríos, y por otro es el epílogo final de un conflicto entre federalismo y centralismo.
R E F E R E N C I A S
El mismo donde había aparecido el año anterior la Proclama del Pronunciamiento el ( 1/05/1851)
Marcos Sastre (1808 -1887) escritor y educador argentino de origen uruguayo, fundador con Juan Bautista Alberdi, Juan María Gutiérrez y Esteban Echeverría del Salón Literario, inicio de la Generación del ’37. Dueño de una famosa librería, sede de profundos debates filosóficos y políticos. Estrecho colaborador de Urquiza.
Urquiza Almandoz, Oscar “Ecos de Caseros…” La Calle”, 24 de agosto de 1994.
Recordemos que Sarmiento fue boletinero del ejército Grande, pero posteriormente adversario de Urquiza por largo tiempo.
Bruchez de Macchi, Sara Elena “Fiestas en el Palacio San José” Revista Alfa & Omega, C. del Uruguay. 1995.-