Según un informe de la agencia de la ONU para le medio ambiente, casi una quinta parte de los alimentos del mundo termina en la basura. Este problema mundial no sólo es de los países desarrollados, Nigeria, país considerado pobre, encabeza la lista de los países que más comida desperdicia.
El informe* publicado este año por el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) y la organización WRAP contabilizó que en el año 2020, un 17% de los alimentos destinados a consumo humano, terminaron en el cubo de basura de casas, restoranes, supermercados y otros rubros alimenticios, esto significa unas 931 millones de toneladas de comida desperdiciada.
Para tomar dimensiones gráficas de lo que implica este nivel de desperdicio, hay que imaginarse unos 23 millones de camiones cargando 40 toneladas cada uno, que ubicados en fila, darían siete vueltas al planeta.
Cada persona, en promedio, desperdicia unos 121kg de comida por año.
Si bien se cree que este nivel de desperdicios corresponde a los países más ricos del mundo, el estudio revela que también los países en vías de desarrollo tienen la misma problemática. Tal es el caso de Nigeria, que desperdicia a nivel hogar, unos 189 kg por habitante, mientras que en los EE.UU, se desperdician unos 59. En México se desperdician 94 kilos, en España, 77; y en Colombia, 70.
La mayor cantidad de desperdicios se produce a nivel de los hogares, representando un 11% del total, comparado con servicios de alimentación y establecimientos minoristas que
La investigación revela que la mayor parte del desperdicio alimentario, un 11%, se produce en los hogares, frente a los servicios de alimentación y los establecimientos minoristas que descartan un 5% y 2%, respectivamente.
Estos datos son más que indignantes cuando en 2019 unas 690 millones de personas fueron alcanzadas por el hambre, situación que se complicó aún más con el COVID-19. Otras 3000 millones, no pueden acceder a una dieta digna, saludable.
Los consumidores deben tomar conciencia de lo que esto significa y recibir apoyo para lograr la reducción de los desperdicios alimenticios en el hogar.
Cómo impactan estos desperdicios en el ambiente
La basura generada por el desperdicio alimenticio afecta gravemente al ambiente e impacta en la crisis climática mundial.
En un contexto internacional en el que aún no se han tomado las debidas medidas contra el cambio climático, el desperdicio de alimentos representa entre un 8 y 10% de las emisiones totales de efecto invernadero, si se toman en cuenta las pérdidas que suceden antes del nivel del consumidor.
“Disminuir el desperdicio de alimentos reduciría las emisiones de gases de efecto invernadero y la velocidad de la destrucción de la naturaleza que resulta de la conversión de la tierra y la contaminación. Al mismo tiempo, mejoraría la disponibilidad de alimentos y, por lo tanto, reduciría el hambre y ahorraría dinero en un momento de recesión mundial”, dijo Inger Andersen, directora ejecutiva del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente.
Por eso aseguró que, “si queremos tomarnos en serio la lucha contra el cambio climático, la pérdida de la biodiversidad, la contaminación y los residuos, entonces las empresas, los gobiernos y los ciudadanos de todo el mundo deben hacer su parte para reducir el desperdicio de alimentos”.
Se espera que este año la Cumbre sobre los Sistemas Alimentarios de la ONU deje los lineamientos necesarios para abordar de manera contundente el desperdicio de alimentos en el mundo.
Por ejemplo, los países pueden aumentar su contribución para frenar el calentamiento global de acuerdo con los objetivos del Acuerdo de París incluyendo medidas para reducir el desperdicio de alimentos, al tiempo que fortalecen la seguridad alimentaria y reducen los costos para los hogares.
En ese sentido, la prevención del desperdicio de alimentos es también un área crucial para su inclusión en las estrategias de recuperación de la COVID-19.
Objetivo de desarrollo en peligro
“Durante mucho tiempo, se asumió que el desperdicio de alimentos en el hogar era un problema importante solo en los países desarrollados. Con la publicación del informe sobre el Índice de desperdicio de alimentos, sin embargo, vemos que las cosas no son exactamente así”, dijo Marcus Gover, director ejecutivo de WRAP.
Dentro de los Objetivos de Desarrollo Sostenible, la meta 12.3 pretende reducir a la mitad el desperdicio mundial de alimentos per cápita a nivel de los minoristas y los consumidores. Además, reducir las pérdidas de alimentos a lo largo de las cadenas de producción y suministro. Uno de los dos indicadores de la meta es el índice de desperdicio de alimentos.
Según Gover, con los datos revelados por este informe, queda claro que sino se toman medidas contundentes, en los nueve años que quedan para lograr ese objetivo de la Agenda 2030, no se cumplirá.
La agencia de la ONU lanzará grupos de trabajo regionales con el objetivo de ayudar a los países a medir el desperdicio alimenticios para que sean capaces de generar estrategias que los reduzcan y lograr la meta de 2030.
Fuente: ecoportal.net