Escribe Ángel Harman que “los guaraníes misioneros que buscaban ocupación como jornaleros en las ciudades de españoles eran preferidos entre los peones, debido a su aplicación, humildad y obediencia. Además, cuando en 1769 el cabildo de Yapeyú solicitó en merced el territorio comprendido entre el Miriñay y el Yuquerí, varias familias de guaraníes comenzaron a poblar esos campos y los ubicados más al sur del Yeruá, para dedicarse a la labranza y al pastoreo.””Para la formación de las tres villas en 1783 – Escribe Ángel Harman – , Tomás de Rocamora reunió a los pobladores dispersos en la campaña; entre éstos, fueron convocados algunos indígenas que trabajaban en las estancias para que poblaran las villas y se les dieron terrenos a fin de que construyeran sus ranchos. El propio alcalde Julián Colman diría por esos años que algunos indios eran ‘vecinos con título de primeros fundadores’ de esta villa. Se conocen los nombres de algunos, como Lorenzo Santiago Tandi, quien se afincó en Gualeguaychú y Gregorio Yavi en Gualeguay. Tiempos más tarde, éstos presentaron una denuncia contra los respectivos Alcaldes, a quienes acusaron de que los habían obligado a abandonar los terrenos que ocupaban, lo cual les aparejó la pérdida de bienes. “Las primeras familias criollas que se establecieron entre los arroyos de la China y Tala, también dedicadas a la cría de ganado, a la labranza y a la explotación de los montes circundantes, comenzaron a emplear la mano de obra que proporcionaban los guaraníes misioneros.
“La importancia de la mano de obra indígena está demostrada por diversas órdenes que las autoridades virreinales emitieron entre los años 1776 y 1781 para que se hiciese una redada o ‘recogida’ de los indios y chinas de los pueblos misioneros que estaban dispersos en los partidos de la campaña bonaerense y santafesina.
“Esas órdenes no tenían por objetivo devolverlos a sus respectivos pueblos, sino el de enviarlos a trabajar en las ‘obras del Rey’. Julián Colman, alcalde de la villa de Concepción del Uruguay, recibió órdenes del Comandante de Entre Ríos para que censara a los indígenas misioneros que vivían en las villas de Gualeguay, Gualeguaychú y Arroyo de la China. Además, a fin de cumplimentar con la repatriación de estos indígenas, debía procurarse carretas, bueyes y personal. Colman respondió acerca de las dificultades que tenía para dar cumplimiento a esas órdenes y porque la salida de los guaraníes provocaría graves perjuicios a la villa, “‘pues para los trabajos de estancias, labranzas, para simenteras de trigos y chácaras con diferencia de mui pocos españoles y tal qual mulato, no hai otros peones mas que yndios, con mas diez o doce tropas que están fundadas en estas yslas para carvón y madera, para el abasto de Bs. Ayres, que no tienen otra peonada sino asimismo yndios.(…)’ (1)”A esto se sumaba otro problema que se había presentado un tiempo atrás, cuando de los pueblos de Misiones vinieron algunos indios comisionados para llevarse a los que se habían instalado en esta zona, pues apenas lograron reunir a unos pocos, los cuales se les fugaron y regresaron con más indígenas para establecerse en esta zona.
“El mismo funcionario confirmó que había otros indígenas casados que eran vecinos de la Villa, con título de primeros fundadores de ésta.”En otro informe fechado el 26 de abril de 1790, se agregaron más datos sobre este asunto, en los que se hacía saber que en la villa de Concepción del Uruguay y en su entorno había un total de 215 varones indígenas de las Misiones, a los que se sumaban 58 mujeres que vivían con ellos. En esa fecha, el Comandante de Concepción del Uruguay, remitió una carta en la cual informaba que en su jurisdicción se habían establecido guaraníes fugados de sus pueblos, que se mantenían asalariados o trabajando sus propias sementeras.(2)
” Aún más, la emigración o fuga de indígenas de los pueblos de las Misiones continuó en los años siguientes, ya que en 1803 el gobernador de Misiones, Santiago de Liniers, manifestó con relación al Arroyo de la China –Concepción del Uruguay- que ‘en todo su distrito existen según me han asegurado personas fidedignas empleados en las islas del Uruguay y Estancias adyacentes, cerca de 3.000 yndios fugitivos de todos los Pueblos‘.” (3)(1) NADAL SAGASTUME, José Augusto: Nuestra Parroquia. Apuntes para su Historia. Concepción del Uruguay, 1975, p.102 (2) SEGURA, Juan J.A.: Historia de Nogoyá, t. I, Paraná, 1972, p.332
(3) QUESADA, Juan Isidro: “El Coronel Pedro Espino. Un gobernante de la Anarquía”, en Revista de Historia Entrerriana, nº 7, Buenos Aires, 1971, p. 49
Bibliografía: Extractado de Harman, Ángel J., Los rostros invisibles de nuestra historia, UADER/ Vicegobernación de Entre Ríos, C. del Uruguay, 2010.
Fuente: Genoma