Les molestaba que un hombre del litoral fuera el Fundador y Primer Presidente de la República Federal Argentina.
Les molestaba que el General Urquiza hubiera dejado a Entre Ríos fuera de su “pacificación” a manos del Ejército Nacional, que era la única provincia que conservaba ejército propio y que sus instituciones se mantenían intactas.
Les molestaba que la provincia florecía económica y con una industria incipiente, siendo la del segundo PBI luego de bs as.
Les molestaba que tuviera una educación de vanguardia no solo en el país sino también en América.
Es por eso que la aventura sediciosa de este hombre sin capacidad política ni militar que fue Ricardo López Jordán dió a bs as el pie legal para terminar con esa properidad que Urquiza había conseguido para su provincia.
Las fuerzas de López Jordán, el 9 de diciembre de 1873, se encontraban sobre el arroyo Don Gonzalo. Unos 2.000 hombres a las órdenes del coronel Carmelo Campos, habían sido derrotados un día antes en el arroyo Talita. Las cosas pintaban mal para los aventureros devenidos en guerrilla y su líder, quien no había comprendido que desde 1853 habitaba una República con una Constitución y no un puñado de Estados Soberanos unidos por un pacto.
Las tropas nacionales de la República, al mando directo del ministro de Guerra coronel Martín de Gainza, cruzaron el Alcaráz en la noche del día 8 y al día siguiente, a las 15hs, se inició la lucha que duró hasta las 19:30hs.
Después de una hora de fuego por parte de ambas artillerías, los jordanistas iniciaron un movimiento con tres regimientos de caballería, un batallón y dos cañones, pero las tropas nacionales no se amilanaron y atacaron. Rechazaron a los sediciosos y finalmente los derrotaron. La batalla se detuvo al caer la noche. En la retirada que siguió, López Jordán perdió casi todas sus armas, incluso toda la artillería. A la mañana siguiente, muchos soldados de sus escuadrones regresaron a sus pueblos, ocultando sus armas y tratando de pasar desapercibidos como pacíficos pobladores.
Sarmiento era el presidente de la República Argentina, guste o no. Lo que hizo era lo correcto, establecido en la Constitución Nacional, intervenir una provincia cuando ocurría alguna irregularidad. En este caso nada menos que sedicion con el asesinato del gobernador legal de la provincia, es decir, un golpe de estado, seguido de un triple asesinato.
En última instancia López Jordan solo les facilitó las herramientas legales al gobierno central para intervenir la única provincia que se mantenía fuerte, gracias al Gral Justo José de Urquiza. En esta instancia, jordan, no fue un defensor de soberanía alguna, sinó el causante de la catástrofe entrerriana.
El legado de Jordan es la gran tragedia para entre ríos sumida en la decadencia desde ese momento y hasta el presente y su aventura sediciosa una maldición histórica para la provincia. ¿Podremos volver a ser un día la Entre Ríos que Urquiza soñó? Y que es justo decirlo, el en vida la alcanzó para todos los Entrerrianos.