En el antiguo camino a Gualeguaychú, hoy camino a Palacio Santa Cándida, calle Clementina Comte de Alió, en las cercanías del llamado “Puente de Fierro”, existía una quinta, “Santa Ana” que fue residencia de campo del Coronel don Eduardo Nadal, hijo de José María Nadal y Murillo y nieto del Coronel Nicolás Granada, el Héroe del Desierto, de quien dice la historia “Lucho por la conquista del desierto sin reservarse un pedazo de tierra para sí” y a quien lo llamaban, Padre Santo.
De dicha quinta el Superior Gobierno de la Provincia de Entre Ríos, adquirió un lote destinado para la escuela “Roque Sáenz Peña”, donde se colocó un “Cristo de los Olivos”, por iniciativa del Padre Félix Jeanot Sueyro y del señor José Nadal Sagastume, el día 27 de marzo de 1919.Dicha imagen está colocada sobre una cruz de quebracho, madera perteneciente a la Basílica de la Inmaculada Concepción y rodeada de olivos, que según la tradición fueron los primeros plantados en el Departamento Uruguay, y que fueron traídos de Montevideo
.El Coronel Nadal, llego a nuestro país con el Sr. Escobar, ambos eran taquígrafos de la Corte de Cádiz, y fundo su residencia en este lugar. Ocupo entre otras actividades militares, el cargo de Edecán del Gral. Justo José de Urquiza y luego Comandante Interino del ejercito de Entre Ríos, por lo que hace al lugar, un lugar con historia.
Por los importantes servicios que presto Nadal, la Municipalidad en 1896, dona a la esposa un terreno destinado a Panteón en el Cementerio Municipal.
Para la inauguración del Cristo, se llevó a cabo una misa y Nadal Sagastume leyó una poesía de su autoría.
La Cruz y el Cristo, fueron recibidos por la Directora de la escuela Roque Sáenz Peña, Señora de Lactancio.