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Pueblo Liebig, donde nació el corned beef

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La localidad de Liebig, se encuentra a 12 kilómetros de la ciudad de Colón, en la provincia de Entre Ríos. Su nacimiento tiene un pasado asombroso que revela la historia de una planta que producía carne envasada para exportar a Europa, el famoso corned beef. Hoy es un lugar buscado por muchos turistas por su tranquilidad y por ser vestigio de un momento de auge comercial argentino, allá por el siglo XIX.

Historia

La historia de Pueblo Liebig se remonta al último cuarto del siglo XIX, poco después de que el General Justo José de Urquiza fundó la Villa Colón, actual ciudad cabecera del departamento. Un pequeño saladero, propiedad del Sr. Apolinario Benítez, originó un poblado precario que se convirtió en precursor de la localidad. Sin embargo, el verdadero impulso al asentamiento tardó hasta los años póstumos del siglo, cuando -a raíz de un descubrimiento que revolucionaría el mercado cárnico- capitales ingleses llegaron hasta este rincón entrerriano para fundar la Liebig’s Extract of Meat Company Limited.

En 1903, el saladero O’ Connor fue comprado a la Sociedad Argentina de Carnes cambiándose su nombre por el de Fábrica Colón y se inició allí la producción de extracto de carne y corned beef. Hacia 1910 la expansión del frigorífico fue exponencial, con una posesión de 44.000 hectáreas en Entre Ríos, Corrientes y Misiones. En los medios porteños se referirían al emprendimiento como la cocina más grande del mundo, ya que en dicha época y hasta la década del ’50, se faenaban 1.500 animales diarios, en jornadas de trabajo que duraban seis meses por año y la ocupación de la fábrica alcanzaba a 3.500 obreros en turnos diurnos y nocturnos.

El momento de mayor auge comercial y económico para la empresa se daría en tiempos de la Segunda Guerra Mundial, debido a la gran demanda de alimentos existente en los países centrales y a la producción local de carne en conserva que se embarcaba a Gran Bretaña directamente desde el puerto instalado sobre el río Uruguay. Pero acabado el conflicto bélico, las modificaciones de la legislación de la Unión Europea, los cambios tecnológicos y los nuevos gustos del mercado impulsarían la decadencia del producto.

En 1970 la fábrica finalmente se vendió a la firma Vizental, que empleó en principio a 2.500 familias, luego a menos de 100, hasta que sus importantes instalaciones terminaron desmanteladas y vendidas.

Liebig, estructurada desde sus orígenes en torno al frigorífico, pasó a depender de su atractivo como producto turístico, erigiéndose incluso frente a la plaza un monumento a la lata de corned beef como símbolo del pueblo.

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