En el marco de su estrategia de Responsabilidad Social RUS y por iniciativa de su Consejo de Administración, esta semana capital humano de Río Uruguay Seguros visitó 10 comedores y merenderos locales para donarles diferentes alimentos. Esta acción tiene el fin de “ayudar a los que ayudan” en estos lugares en los que la gente trabaja solidariamente para entregarles un plato de comida a quienes más lo necesitan.
Se trata de una primera etapa de visita y recorrido a los comedores de Concepción del Uruguay, ciudad entrerriana en la que RUS nació y tiene su Unidad de Servicios Estratégicos, que busca llegar en agosto a la totalidad de los mismos colaborando con insumos como paquetes de arroz, fideos, polenta, packs de leche larga vida, harina y puré de tomate.
En esta oportunidad fueron beneficiados los comedores “Rayito de Luz” (abastece a 133 personas y funciona en el Barrio 134 Viviendas); “Carita Feliz” (abastece a 1.200 personas y funciona en el Barrio Zapata); “Los Cachetudos” (abastece alrededor de 33 familias y funciona en el barrio del mismo nombre); “Mena” (abastece a 200 personas y funciona en el barrio del ex circuito Mena); “Doña Nélida” (abastece alrededor de 150 personas y funciona en el Barrio La Tablada); “Pancitas llenas” (abastece a 80 personas y también funciona en el Barrio La Tablada); el SUM del Barrio San Isidro (abastece alrededor de 100 personas); “Manitos Sucias” (abastece a más de 100 personas y funciona en el Barrio Matadero); “Me caigo y me levanto” (abastece a 23 personas y funciona en el Centro de Salud Giacomotti); y la Agencia Adventista de Desarrollo y Recursos Asistenciales (abastece alrededor de 40 personas y funciona en Santa Teresita 2289).
Tomando como referencia una cifra aproximada, son más de 2.000 personas las que reciben esta asistencia que no se detuvo pese al período de aislamiento social preventivo impuesto por el Gobierno Nacional. Los comedores y merenderos siguieron funcionando bajo la premisa de que “la solidaridad está primero” brindándoles a niños y adultos el almuerzo, la merienda o la cena, según la dinámica de cada lugar y utilizando como método de reparto tuppers de plástico.
Algunos comedores trabajan de lunes a viernes, otros día por medio y elaboran diferentes comidas de acuerdo al stock de mercadería disponible. Quienes trabajan allí son voluntarios, hacen todo a pulmón y si bien reciben donaciones de alimentos no perecederos necesitan aceite para cocinar, carne y verduras para elaborar platos más consistentes y también utensilios de cocina. A muchas de estas cosas las consiguen vendiendo tortas fritas, panes caseros, aportando dinero de su bolsillo, recibiendo ayuda de vecinos, entre otros recursos.
Fuente. Prensa Río Uruguay Seguros