Un fin de semana muy especial para todos quienes viven, esperan y trabajan por el carnaval. En nuestra zona, sin duda un evento cada vez más convocante que reúne familias completas, lleva mucha pasión y crece el deseo de participar en niños y jóvenes. Este año, tan particular con la pandemia el carnaval presencial se extrañará en muchos, pero sigue vigente en los corazones, recuerdos y anhelos de que apuestan y disfrutan a esta fiesta popular.

Tal es el caso de Valentina Acosta, reina del Carnaval de Caseros, edición 2020 que nos compartió sus sentimientos en un sentido relato:

” La pasión por el carnaval, es algo que sin duda lo tengo innato en mí, desde chiquita.. me emociona ver llegar el verano, porque con ello llega el carnaval, no importa si desde adentro desfilando, desde una carroza o si desde el público, la emoción y la alegría es la misma dentro y fuera.

Cuando uno va creciendo va haciéndose parte, cada vez más de lleno, ayuda, colabora y es muy difícil es salir de todo eso, porque sabés que después vas a querer estar ahí: por participar, por mover los pies, una vez que entras, ahí te quedas. Además, lo que se vive en esos galpones sea la estación que sea, es hermoso, es carnaval todo el año, no importa que tan ajustado estás de tiempo, siempre hay un momento para poner una batería de fondo, unas plumas y bailar.

En mi pueblo: Caseros, de no más de 10000 habitantes, año a año los carnavales se proponen superarse más, poder brindar un gran espectáculo, pero sin olvidar, su esencia, eso que los caracteriza.

Porque debemos destacar que tenemos un carnaval que es auténtico, mágico. Año a año crece más; lo que brinda y lo que pone en escena es algo magnífico, son tres cuadras que se vuelven de total color. Lo que prevalece y me gusta destacar es el contacto con la gente, ya que los integrantes interactúan con el pasar de las dos grandes comparsas que cuentan sus diferentes historias en cada una de las puestas en escena.

Gente de muchas ciudades nos visitan ; se acercan a conocernos todos los veranos, y quedan encantados: no sólo en ver como desfilan las comparsas, si no también como todo el pueblo se viste de carnaval.

Esas cinco noches quienes participamos sentimos la euforia, los nervios por desfilar, no importa de qué lado estés, el sentimiento es mutuo: la pasión por la fiesta es compartida por todas las familias.

Este año no estaremos presentes en las calles, pero siempre la alegría está y el deseo de volver a encontrarnos.. porque en definitiva el carnaval es una forma de de vida que uno elige, para desenchufarse, para vivir, para ser feliz!