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El origen de la tormenta de Santa Rosa: ¿mito o realidad?

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Cada 30 de agosto la cultura popular argentina dice que se debe esperar una fuerte tormenta de Santa Rosa en todo el país.

Los meteorólogos resisten esta idea mencionándola más como un mito que muchas veces en la historia no se cumplió. Pero el folklore local encuentra maneras de atribuírle a este personaje cualquier agua que caiga del cielo en los días que rodean al 30 de agosto cada año. 

La tormenta de Santa Rosa es una expresión popular para nombrar un temporal que se suele desarrollar en el hemisferio sur alrededor del 30 de agosto cada año. ¿Pero cuál es el origen de esta leyenda?

Origen de la tormenta de Santa Rosa

La fecha corresponde a la celebración de Santa Rosa de Lima y a ella se le atribuye el fenómeno por algo que sucedió en 1615.

Según recordó El Litoral, se dice popularmente que Isabel Flores de Oliva, la primera santa de América bajo el nombre de Santa Rosa de Lima, en 1615 logró espantar con una tormenta, que surgió de la nada, a una banda de corsarios holandeses que querían saquear la ciudad de Lima en Perú. Era un 30 de agosto.

De esa manera, la ciudad de Lima quedó salva y los creyentes comenzaron a atribuir la presencia de la tormenta al poder místico de Rosa.

Por su parte, Isabel Flores de Oliva nació en 1586 y murió en 1617. Tras haber dado signos de una intensa precocidad espiritual, a los veinte años tomó el hábito de terciaria dominica, y consagró su vida a la atención de los enfermos y niños, extendiéndose pronto la fama de su santidad.

Venerada ya en vida por sus visiones místicas y por los milagros que se le atribuyeron, en poco más de medio siglo fue canonizada por la Iglesia Católica, que la declaró patrona de Lima y Perú, y poco después de América, Filipinas e Indias Orientales.

Esta leyenda que la tiene como protagonista luego se popularizó en la Argentina, especialmente en la zona del Río de la Plata, en Córdoba y en la región de Cuyo y se convirtió en tradición.

Como suele suceder con otras creencias, con el paso del tiempo a la leyenda se le dio margen. Ahora, la creencia popular asegura que el temible temporal puede suceder cinco días antes o después de la festividad de Santa Rosa.

Evidencias

Si bien se espera que la tormenta de Santa Rosa sea el mismo 30 de agosto, fecha de la patrona, de acuerdo con registros del Servicio Meteorológico Nacional Argentino (SMN) desde 1906, en solo siete oportunidades la tormenta coincidió con esa fecha. En 1955, 1971, 1980, 1991, 1992, 1993 y 1999,.  

Por otra parte, un análisis estadístico realizado para la Ciudad de Buenos Aires entre los años 1870 y 2004 reveló que solo en el 12% de los casos se pudieron verificar tormentas entre los cinco días antes y los cinco días después del 30 de agosto, indicó El Litoral.

Incluso con un lapso de diez días los números no cierran: los registros de los últimos 107 años marcan que se registraron precipitaciones en 58 oportunidades (54% de los años) y no siempre fueron tormentas.

Según los meteorólogos, durante el invierno no suelen ocurrir tormentas dado que, para su desarrollo, se requiere la concurrencia de ciertas condiciones atmosféricas y energéticas que son más propias de la primavera y el verano. Sin embargo, al aproximarnos al equinoccio de primavera del hemisferio Sur, el acercamiento paulatino de la Tierra al Sol produce importantes cambios en la circulación atmosférica regional para fines de agosto.

La presencia de aire cálido y húmedo proveniente del norte, sumado al aumento de la radiación solar sobre el suelo y a la entrada de perturbaciones sinópticas desde el oeste, puede dar lugar a la aparición del fenómeno de tormenta al final del invierno, en fechas cercanas al 30 de agosto. 

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