por Luis Alberto Salvarezza
Presentar la muestra de Romina es – como dijo Jorge Luis Borges-, haciendo referencias a las presentaciones: un hecho mágico.
En la era de la “selfie“, donde la egología es nuestra religión y el voyeurismo online nuestro ocio, que haya artistas que sigan empeñados en practicar el retrato nos confirma sus posibilidades expresivas y el reto de capturar la maraña de emociones y datos personales y psicológicos que puede contener la expresión visual de una persona. Por eso podemos decir que el retrato fue un género obligado antes de la fotografía, pero lo es durante, quisiera decir después y siempre.
Un retrato (del latín retractus) es la representación de la figura humana (principalmente el rostro o la cabeza, tanto exenta como con medio cuerpo o cuerpo entero), de manera tridimensional cuando es una escultura o en dos dimensiones si es un dibujo, una pintura, un grabado o una fotografía.
Símbolo de perpetuación, pompa, solemnidad o recuerdo enaltecedor, espejo de cada época, de poder, de riqueza o de pobreza. Evocación. Interpretación. Acompañamiento.
La visión particular, única, de un individuo sobre otro.
Un retrato (del latín retractus) es la representación de la figura humana (principalmente el rostro o la cabeza, tanto exenta como con medio cuerpo o cuerpo entero), de manera tridimensional cuando es una escultura o en dos dimensiones si es un dibujo, una pintura, un grabado o una fotografía.
Aunque se haya expresado erróneamente que el retrato en el afán de mantener el parecido limita la libertad del retratista, la historia del arte nos confirma que no es una mera reproducción porque, insistimos, suma la sensibilidad o el ojo del artista. Más allá de condiciones psicológicas e ideológicas que éstos traducen.
Aquí a través de la lectura iconográfica podríamos hacer ciertas traducciones, hablar de los datos que nos proporciona la mirada de Romina de cada uno de los retratados, su verdad aparente, que no siempre es captada o conseguida por el artista como se consigue aquí en algunos donde se encuentran cierta proyecciones de los retratados- que no son de Romina aunque sean captaciones de ella; en última instancia lo único que le suma a esta “antología de feos“, salvo tres o cuatro que son precisamente de mujeres, es la belleza y cierta suspensión o volatilidad. Por eso cuando hablamos de retratos hay un juego donde la ambigüedad se hace presente: ese es el retratado o sólo es como lo ve el retratista?
A lo largo de la historia, desde el Siglo V antes de C. hasta nuestros días, este género fue deseado y rechazado y vemos retratos minuciosos, estilizados, idénticos, tanto que parecen imágenes calcadas, fotográficas y los más dislocados o abstractos.
Decir retrato es reiterar la leyenda de Plinio El Viejo (33-79 d C.), quien expresa que se inicia cuando el rostro del amado que parte se proyecta sobre la pared y la amada contornea la sombra con un carboncillo…
Romina con grafitos y lápices…, negros que a veces se hacen negrísimos y otras pasan a los grises y se desvanecen o desmayan o casi pulverizan…, descubrió o sabe que el retrato es verdaderamente un desafío por la relación directa con el ser humano vivo y actuante en su medio (doce retratos); también con el que no está (dos retratos entre los retratados) y reinterpretamos a partir de otra imagen (aunque el de Mariela es un bosquejo directo).
Hubo, hay y habrá retratistas y retratados; más allá de seguir generando controversias.
Romina se ha propuesto abordar, por tanto, la imagen que hemos construido y proyectado los 14 aquí retratados. Pues en algunos casos, entre ellos, en el propio, no hay uno solo, hay varios. De ahí la riqueza de esa complejidad que es el ser humano y el rol que cumple como depositario de significados sociales e históricos. Aquí se exaltan las variantes artísticas de los retratados. Deja planteado también el problema del parecido fisonómico, que es menos una cuestión de destrezas técnicas que de percepciones psicológicas y hasta de construcciones sociales. Festejo dos retratos porque son síntesis del movimiento y la inestabilidad en la quietud. Otros dos por la energía tormentosa de la mirada. Y hay zonas donde consigue además de los claroscuros que conocemos de los personajes claroscuros de calidad y calidez. Me sorprenden las posturas, las distancias, lo que privilegia, lo que corre de lugar y por cierto lo que no deja ver porque de haberlo hecho esta muestra que tiene cierto encanto para no contradecir con lo de mágico, sería para prohibir. Un abrazo a Romina y a los doce retratados y por la memoria de los otros dos.
A propósito uno de ellos, José Troncoso, asocia a Romina con el retrato de ahí que subtitule estas palabras “Romina y el retrato a flor de piel“:
“Más allá de lo generacional y lo social que transitaba el panorama de la ciudad…, es de destacar el trabajo actual de Romina Flores, quien a través de un cuidadoso dibujo y claroscuro nos muestra la vigencia del retrato en el quehacer cultural nuestro y de hoy”.
RETRATISTAS
Decir retratos en Concepción del Uruguay se me antoja, inicialmente, que es nombrar al uruguayo Juan Manuel Blanes (1830-1901) y al porteño Bernardo C. Victorica (1830-1870); por los vínculos que tuvieron con el General Justo José de Urquiza (1801-1870) y los retratos que le hicieron a él y a su gente.
Después no podemos dejar de citar a Eduardo Amaral (1926-1989), Ernesto Bourband T. (1901-1974), Luis Centurión (1922-1985), Luis Gonzaga Cerrudo (1910-1992), Alberto Hugo Guinea (1929-2003), Emilio Lascano Tegui (1887-1966) y Juan Carlos Sito (1935-2010), entre otros.
Todo artista ha retratado y generalmente se ha autorretratado pero citamos a los que en gran parte de su obra o mayoritariamente se han dedicado al retrato o a retratar.
Y a partir de los retratos que han realizado a propósito de los que realizó Romina; también predominan, aunque no en forma privativa, más allá de los personajes históricos, los retratos a artistas, escritores y músicos. En general asociados al Arte.
Festejo poder comenzar a incluir en esta lista a Romina cuyos datos son los siguientes:
FLORES, Romina Alejandra; nació en Basavilbaso, Dpto. Uruguay, E. R. el 01.04.1981. Reside actualmente en C. del U., E. R. Egresó en 1998 con el título de Perito Mercantil (auxiliar contable e impositivo) de la Esc. N° 2 “Prof. Gerardo Victorín“, Concordia, E. R. Cursó diferentes Seminarios y Talleres de Dibujo con Jorge Rajadell, Bs. As., 2001-2004. Cursó los dos primeros años de la carrera de Ingeniería en Sistemas, Facultad Universidad Tecnológica Nacional, C. del U., E. R., 1999.2001.
Dictó diferentes talleres: “Taller de Dibujo con Modelo Vivo“, Museo Prov. de Dibujo y Grabado “Artemio Alisio“, C. del U., E. R., 2015-2019 y “Taller de Dibujo – Realismo” en el Centro Cultural “Cómplices de Algo“, Colón, E. R., 2014-2015; en el Auditorio Municipal “Arturo Illia“, C. del U., E. R., 2015-2017 y en el Museo de Dibujo y Grabado “Artemio Alisio“, C. del U., E. R., 2018