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Historia de la revista “El Humor de las Villas”

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A Luis Conte se lo relaciona con la radio católica que está al aire desde 1992: FM Buen Anuncio. Sin embargo, su relación con los medios había comenzado cuando fundó la revista “El humor de las Villas” en 1977. En una charla virtual con Dale! nos contó algunos pormenores de aquel suplemento muy conocido por los parroquianos de Villa Industrial.

¿Cómo surgió la idea de la revista?

Al comienzo de la actividad comercial, esto era un billar y venta de emparedados, especialmente a muchos camioneros que pasaban por la ex ruta 14 por que el negocio estaba ubicado en Santa Teresita y la ruta, hoy Roberto Uncal.

Allí se escribían unas páginas con cuentos y chistes contados por los mismos clientes. En 1975 me traslado a Santa Teresita y 21 del Oeste (hoy Luis Grianta) en local propio y salón más amplios.

Es así que un vecino y amigo, Luis Ponce, un chileno que tenía una metalúrgica en la zona que me alienta a que salga como revista impresa y le sugiere el nombre de El Humor de las Villas.

¿Cómo se financiaba?

Puesto manos a la obra lo primero además del contenido era saber el costo que una impresión tenía, y consultada varias imprentas, algunas no realizaban ese tipo de trabajo, me decido por Imprenta Cladera de don Juan Cladera que estaba en calle Leguizamón frente al Colegio Nacional, allí trabajaban varios amigos y me facilitaron el trámite.

Conocido el costo para 200 ejemplares, la primera tirada, me aboco a la búsqueda del financiamiento por medio de publicidad, esto me fue menos complicado, debido a los números viajantes y vendedores que llegaban al negocio con su mercadería.

Había espacio para el deporte motor en la revista

¿Cuál era la temática? ¿Qué relación tenía con el bar?

La temática no era solamente el humor, contenía fotos y dibujos de visitantes y en especial la idea era poner a los personajes populares con buena imagen, no eran para la risa, aunque nos divertíamos mucho, en cierto modo era humanizar a estas personas. El típico personaje era El Doctor del Vaso, apodo para la revista de Juan Ricardo López, afincado en la zona, amigo de todos y siempre se las ingeniaba para que lo inviten con un vino o alguna empanada, de ahí su apodo

Compartir el buen humor, relatando anécdotas que dejaban y a propósito los visitantes, cuando se hacía un dibujo, por lo general lo veían antes de salir en la revista para no crear alguna complicación con ellos.

Hasta 1980 estaba el billar y sus numerosos campeonatos amateur de casín y carambola con numerosos participantes y muchos espectadores estaban reflejados en las páginas de la revista.

Después debido al gran movimiento de camioneros, decidimos con mi esposa, María Clapier y mi suegra doña Amabelia Ramírez que sea solo comedor.

Doña Amabelia era excelente cocinera, no sé dónde había aprendido, pero comida que le pidieran, la sabía hacer, esto provocaba que se vendieron también viandas.

No quiero salir del tema, sigo con El Humor de las Villas después del billar, haciendo que la revista viajara con los comensales para sus lugares de origen.

Hasta 1980 estaba el billar y sus numerosos campeonatos amateur de casín y carambola con numerosos participantes y muchos espectadores estaban reflejados en las páginas de la revista.

FEBRERO DE 1980

Leí que surgió en 1977 ¿tuviste algún problema en ese momento con la dictadura ?

No tuve problemas con el Gobierno militar, recuerdo que el inspector de comercio municipal era “Coliche” Almada, a lo mejor lo recuerdan además fue un gran futbolista en la ciudad, a él lo consulto sobre el registro comercial de la revista, me contesta que no, que la prensa no debe pagar impuestos, que solamente debía poner en lugar visible el nombre, el Nº de edición, la dirección y el Director, incluso si era un seudónimo, yo había adoptado como firma el Vate Fantasma.

Sí se puede agregar que en el invierno de 1984 estuve cerrado debido a la caída de las ventas, solo continuaba con viandas, reabierto en 1985 perdura a los tumbos hasta 1989, pero la galopante inflación hizo que tomara la decisión de no continuar. El negocio siguió unos años más, pero la situación comercial no se modificaba, reconozco personalmente no estaba para humor, pero esa es otra historia.

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