En una época en la que el comercio afianzaba su rol en el desarrollo económico, los cursos fluviales se constituyeron como el medio de traslado y transporte más económico.
En ese marco, Justo José de Urquiza fue un visionario: efectuó inversiones y conformó varias sociedades para la explotación del transporte por los ríos de nuestra República.
La empresa naviera más importante con la que contó fue la denominada “La Salteña”, así denominada por haberse originado en la ciudad de Salto, República Oriental del Uruguay. La firma tuvo numerosas embarcaciones, entre ellas los vapores Montevideo, Salto, Pampero y Menay, que hacían carrera por los ríos Uruguay, Paraná y el Río de la Plata, surcando, además, los océanos, hasta llegar a Europa con productos industrializados como lanas y carnes.
Urquiza estableció también varias líneas de vapores en los ríos Paraná y Uruguay desde Buenos Aires y Montevideo, con escala en todos los puertos intermedios. La embarcación “Nueva Dolores”, de carga y pasajeros llegaba hasta Asunción del Paraguay.
Los intereses en la actividad naviera se hicieron extensivos a los países de la región. En 1866, el General Urquiza recibió la propuesta del Comendador Pereira Pinto, Cónsul General de Brasil, para la conformación de la Compañía de Vapores denominada Uruguayana, destinada a comunicar puertos argentinos, uruguayos y brasileños.
Fuente: Archivo Palacio San José.
