Por Ariel Fernández
Hay libros que con el tiempo se vuelven de imprescindible lectura. Única luz del mundo. Poesía reunida 1988-2019 (Caleta Olivia, 2019) de Osvaldo Bossi reclama con urgencia su lectura. Este pedido intrínseco del libro se sustenta en la necesidad que tiene la poesía de poner la belleza por sobre la mediocridad cotidiana, y en cada verso esto pasa.
Única luz del mundo reúne la totalidad de los libros de poesía publicados por el autor; y más allá de lo que implica cierta totalidad en su lectura, algo queda claro, Bossi posee una relación con el lenguaje que permite-consigue elevar lo que siente a una materialidad mundana o convertir cada material mundano, cada cuerpo real en una imagen que trasciende cualquier posibilidad de racionalización. “Ahora no puedo seguir/al margen de Sigmund Freud/ y ciertas palabras me queman”, dice el poeta para agregar una súplica: ”Solo pido que me dé/ la oportunidad de que le hable/ que me deje explicarle/ la fuerza de este amor”.
En todo el libro hay luz, y posiblemente sea efectivamente la única luz del mundo, algo que ilumina desde lo vivido, desde lo no dicho, desde las imágenes que copan la infancia entre deseos y dolores, entre las caricias que no dimos, entre los sueños relegados que cada tanto arrojan alguna esquirla que por más rancia que sea sigue lastimando, y aunque parezca paradójico en esa oscuridad está la luz que Bossi deja al alcance de cada lector/a como sólo un poeta puede hacerlo: ”yo no los olvidé./ Los enterré en mi corazón/ y no están muertos,/ yo sé que no están muertos/ todavía”.
Otra virtud (no se pueden nombrar todas) es la infinita convivencia entre las marcas culturales-populares del poeta con cada historia escondida en los poemas, y esto es moneda corriente. En la poesía de Bossi no importa si la referencia es Hamlet, Poe, el correcaminos o Raúl, porque siempre en la superficie queda el sentir que atraviesa cada tópica de la vida, sea la sexualidad, la soledad, el trabajo o el amor en cualquiera de sus formas, hay un retorno a la intimidad de los sentimientos que es inevitable: ”Más tarde/ comprendí su secreto./ La tristeza que tenía/ era por mí”.
Única luz del mundo reclama una urgente lectura, para conocer la obra de un autor esencial de estos tiempos, y para salir de nuestro adentro, para dejar “la respiración encerrada en un puño como una manera de oro” y de una vez por todas conocer la poesía verdadera, y acercarnos a la única luz del mundo.
Fuente: www.solotempestad.com