Por Luis Alberto Salvarezza
Hay en nuestra ciudad un complejo monumental que hace referencia al Taller donde se fabricaron los primeros azulejos mayolicados realizados en el país; los murales del Vía Crucis en torno a la Capilla “San José” y la cruz en memoria de Rdo. Padre Zanninetti (1881-1948), firmados por Lidia Teresa Basso Dastugue; una de las grandes ceramistas argentinas.
Lidia Teresa Basso Dastugue, hija del italiano Pedro Basso (1863) y la argentina nacida en Lincoln (Buenos Aires), Felisa Dastugue (1873), nació en General Rodríguez (Buenos Aires) a fines del siglo XIX.
Estuvo vinculada a la Escuela-taller donde se enseñaba, entre otras labores y artesanías, cerámica. Que pertenecía a la Asociación del Divino Rostro, presidida por Angiolina Astengo Huergo de Mitre (1867-1943) y posteriormente por la Madre Superiora Ana Bezzi, inaugurada el 15.07.1915. Que luego va a dar origen, en la década del ’20, precisamente en el año 1923, a la Primera Fábrica de Mayólicas realizadas por mujeres del país; a la que el día de su inauguración asistió el Presidente de la Nación, Dr. Marcelo Torcuato de Alvear (1868-1942) y su esposa, la soprano portuguesa Regina Pacini (1871-1965), y tuvieron conceptuosas palabras que publicó el Diario “La Nación”.
Hacia el año 1935, el Taller estará a cargo del ceramista español José Benito de Bikandi Echaniz, y secundado por Lidia Basso Dastugue. Y a principios de los años ’40 preside dicha Escuela-Taller y Fábrica, la misma que a principios de la década del ’60 deja de funcionar.
En el año 1950, el Arzobispo Mons. Dr. Zenobio Lorenzo Guilland, inauguró en el perímetro de los terrenos de la Escuela-Taller “San José” el Vía-Crucis y la Cruz en memoria del Reverendo Padre Andrés Zaninetti (1881-1948); la construcción estuvo a cargo del Ing. Nebauer, Arq. Mallet y el constructor Buiatti, y la prestigiosa ceramista Lidia Teresa Basso Dastugue que asistió y recibió un ramo de flores y el reconocimiento a través de un sentido aplauso por parte de la ciudadanía también allí presente.
Debajo del basamento de la cruz se colocó un pergamino con la firma de los asistentes. Patrimonio que la comunidad de Concepción del Uruguay, debería poner en valor no sólo por su significación religiosa sino también por su significación histórico-artística.